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HIGIENE BUCODENTAL

Tener una buena salud oral es importante, no solo para evitar el riesgo de problemas orales, sino también porque una buena salud oral es reflejo de una buena salud general.

El mantenimiento de esta salud oral no implica únicamente cepillarse los dientes, existen otra serie de hábitos que hay que considerar:

    1. esarrollar y mantener una rutina diaria de higiene oral. Es importante que esta rutina sea fácil de seguir diariamente.
    2. Usar flúor. El flúor fortalece el desarrollo de los dientes en los niños y previene la caries dental tanto en niños como en adultos. Es aconsejable que la pasta dental contenga xilitol ya que ayuda a la prevención de procesos cariosos.
    3. Cepillarse a los 20 minutos de haber acabado de comer utilizando la cantidad de pasta recomendada (en adultos el tamaño de un guisante y en niños el tamaño de un grano de arroz). No por utilizar más paste dentífrica se limpia mejor puesto que interfiere la técnica de higiene de cada paciente. Debemos utilizar el hilo dental o los cepillos interproximales.
    4. Llevar una dieta equilibrada. Una dieta saludable es esencial para tener unos dientes y unas encías saludables. Una dieta rica en cereales, frutas y verduras y productos lácteos proporcionará todos los nutrientes necesarios.
    5. Evitar los alimentos azucarados. Cuando las bacterias de la boca descomponen los azúcares simples, producen ácidos que pueden erosionar el esmalte dental, abriendo la puerta a la aparición de caries. 6. Evitar fumar ya que aumenta el riesgo de enfermedad de las encías, provoca mal aliento, decoloración de los dientes y otros problemas tanto de salud oral como de salud general.
    7. Visita a tu dentista regularmente. La recomendación general es visitar al dentista una vez al año para revisiones y limpiezas dentales.

Otro aspecto a tener en cuenta es la importancia del cambio de cepillo dental puesto que es nuestro aliado. sin embargo a veces no le prestamos tanta atención a su estado. Independientemente del tipo de cepillo de dientes que utilicemos, las cerdas se desgastan y pierden su efectividad. Un cepillo de dientes nuevo puede eliminar más placa de los dientes y las encías que uno que está gastado.

Es recomendable cambiar el cepillo de dientes o el cabezal del cepillo de dientes eléctrico cada 3 o 4 meses o, incluso antes, si las cerdas están abiertas o deshilachadas. Almacenar un cepillo de dientes en un recipiente cerrado puede causar la acumulación de bacterias, por lo que es mejor dejar las cerdas del cepillo completamente secas y ventiladas después de cada uso. Para evitar la transmisión de virus y bacterias, procura que tu cepillo no esté en contacto con otros.

Después de cada uso el cepillo dental requiere de un mantenimiento esencial, a continuación te dejamos los pasos a seguir:

    1. Enjuagar con agua tibia la cabeza del cepillo y las cerdas para eliminar los restos de pasta de dientes y las partículas de comida. También conviene retirar el cabezal del cepillo y enjuagar la parte interior del mismo como el eje metálico del mango.
    2. Hay que mantener el cepillo con el capuchón cuando lo llevamos en el neceser o en el bolso, ya que puede recoger polvo, suciedad y bacterias. Pero no conviene cubrirlo cuando está en el soporte para cepillos de dientes en el hogar: el ambiente crónicamente húmedo puede promover el crecimiento de bacterias. En casa debe guardarse en posición vertical permitiendo que se seque al aire.
    3. El cabezal del cepillo de dientes eléctrico conviene reemplazarlo cada tres meses, o cuando las cerdas se desgasten o deshilachen.

En definitiva, mantener el cepillo de dientes limpio ayudará a que dure más y a que nuestro cepillado sea más eficaz y por tanto su resultado más óptimo.

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